Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

VIVIENDA DIGNA, COMO DERECHO HUMANO

Corrían los años de 1970 del siglo pasado, cuando la explosión poblacional se hizo presente en nuestra entidad, Sinaloa, con un crecimiento anárquico de sus principales ciudades, dígase Mazatlán, Culiacán, Guamúchil, Guasave y Los Mochis. Las emigraciones del campo a la ciudad, formaron grandes cinturones de miseria, provocando un sinfín de necesidades o problemas que en corto tiempo se transformaron en demandas populares; invasiones de predios ejidales para construir una techumbre a donde refugiarse de las inclemencias de los fenómenos naturales, servicios públicos como agua potable, energía eléctrica y drenaje, entre otros.
En la Ciudad de Culiacán, fueron años de movilidad y de lucha social de gran impacto. Las colonias populares formadas con antelación a estos años, como las establecidas en el predio de El Palmito, la colonia Pemex, Salvador Alvarado, La Libertad y desde luego la colonia El Palmito; además las colonias en torno a la caseta cuatro como la colonia Guadalupe Victoria ; hacia el norte la colonia Gabriel Leyva y Tierra Blanca, entre otras, fueron protagonistas de grandes movilizaciones en contra de la imposición de los altos precios de pago por metro cuadrado de los lotes donde se construyeron sus viviendas.
La Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra (CORETT), de aquellos años, mando requerimientos de pago de los lotes desde 14.00 a 21.00 pesos por metro cuadrado, pues, estos predios no estaban regularizados y les urgía para poder cobrar el predial de cada vivienda de carácter popular. Los colonos se empiezan a inconformar manifestando su incapacidad económica para pagar esas altas tarifas.
Así, surge el Frente Independiente de Colonias (FIC), en Culiacán, que en poco tiempo se extiende a la ciudad de Mazatlán, Guasave y Los Mochis, solidariamente, apoyando las luchas de colonos con las mismas demandas de solares para construir una vivienda y servicios públicos, como un Derecho Humano.
En este contexto de lucha social, provocado por el crecimiento urbano, aparejado, consecuentemente, por las necesidades de una vivienda digna, con los servicios públicos más elementales para la vida humana, emerge la figura de un trabajador de la antigua empresa Singer y vecino de la Colonia El Palmito, Don Daniel Aguilar, como forjador y dirigente del FIC.
Don Daniel Aguilar, como cabeza del FIC, emprende la lucha de no pago de los requerimientos impuestos por el CORETT, logrando sentar a las autoridades para negociar dicho pago. Después de grandes movilizaciones de colonos y la huelga de no pago, se logra bajar el precio y pago por metro cuadrado de 7.00 a 12.00 pesos y los que no pudieran pagar ni eso se le aplicara un estudio socioeconómico. Fue un gran triunfo del movimiento urbano popular en Culiacán.
Destacamos otro cacho de vida de este gran luchador social. En este tramo de crecimiento urbano, se presenta la demanda y lucha en contra de los rechazados de las Secundarias públicas llamadas federares, hoy, Secundarias Generales. La demanda de un espacio en el sistema educativo público fue general, desde preescolar, primaria, secundaria, preparatoria hasta universitaria.
El FIC y su dirigencia, se ponen al frente de esta lucha. Se logra instalar una huelga en las Escuelas Secundarias Federales por varias semanas, con la demanda central ¡No más rechazados! ¡Educación Pública y Gratuita! Confirmando que la unidad, organización y gestión logran buenos frutos, como fue, conveniado con las autoridades de la SEP, no más rechazados, construcción de más Secundarias Públicas Federales.
Junto a lo anterior, con la bandera de no más rechazados y educación para el pueblo, el FIC, se lanza, paralelamente a la autoconstrucción de escuelas secundarias populares, por cooperación, edificando dos secundarias, una en la Colonia Pemex, llamada “Emancipación del Pueblo” y otra en la Colonia Obrera Campesina y Rubén Jaramillo. La primera inicio bajo un tejaban logrando, por autoconstrucción, entre vecinos, estudiantes y personal del Servicio Social Comunitario de la UAS, particularmente de la Escuela de Ingeniería Civil, iniciando con dos aulas, una como dirección de la escuela y otra como salón de clases, con dos turnos, vespertino y nocturno, para jóvenes que trabajaban. Las dos Escuelas siguen en funciones.
Cabe destacar, la participación, en el FIC, de jóvenes estudiantes becados de escasos recursos económicos de la UAS, de jóvenes estudiantes prestadores de servicio social comunitario, como profesores y directivos en las dos secundarias populares, fueron un gran soporte para estos logros. Destacamos, aquí, la participación firme de un vecino y estudiante del turno nocturno, como secretario administrativo de la Secundaria Emancipación, me refiero al amigo Ramón Cabanillas QEPD. Para él nuestro reconocimiento.
Volviendo a las luchas por una vivienda digna, a la fecha, las invasiones de terrenos baldíos o ejidales se redujeron significativamente, consecuencia por el impacto de la construcción de Fraccionamientos de interés social, que en gran medida han sido un fraude para los solicitantes de una vivienda económica.
En todo Sinaloa se han construido muchos Fraccionamientos de interés social por los gobiernos municipales en turno, a partir más o menos del año 2000, ofrecidas a bajos costos, con pagos mensuales fijos, en general con facilidades de pago, para personas de escasos recursos económicos, madres solteras, trabajadores no asalariados, con apoyos o subsidios del gobierno federal, todo ello, supuestamente, para bajar o eliminar las invasiones de lotes baldíos.
Todo muy atractivo para estos sectores sociales, pero la gran sorpresa a sido, desde sus inicios, que cuando se iba a firmar estos contratos les decían que era conveniada con la banca usurera y financieras particulares. Las autoridades municipales vendían la deuda y se lavaban las manos y desaparecían los apoyos federales que eran en promedio de $ 60.000.00. Las consecuencias, ante la imposibilidad de pagar los altos intereses, la banca y financieras han desalojado a cientos de familias de sus viviendas, en un estado de indefensión. Con el agregado de que muchos terrenos no están regularizados, están a nombre de los antiguos ejidatarios o herederos de estos. Se repite la historia de los años 70”s. Con los neoliberales.
Los nuevos gobernantes de la 4T no quieren saber nada de ello, no fue su tiempo, dicen, pero si mandan requerimientos de pago de predial sin estar regularizados. El Derecho Humano a una vivienda digna, se ve lejos para muchos sectores vulnerables. Las inconformidades crecen y el ¡Ya basta! también. Mas temprano que tarde surgirán muchos Danieles. El pasado 4 de septiembre se cumplieron 7 años de su partida. QDEP Don Daniel Aguilar.
Autor: Enrique Diaz Terán Capaceta