Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

Rechazados de la Unison

Autor: Isabel Dorado Auz

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”

Nelson Mandela

Yo agregaría para cambiar tu mundo. Por eso, sigo sin entender por qué las Universidades Públicas le siguen negando la oportunidad de continuar sus estudios a jóvenes que ya demostraron que están preparados, lo cual es avalado por un documento oficial, el certificado de bachillerato, que los acredita como aptos.

Sin embargo, el sistema neoliberal decidió poner una barrera, llamado examen de admisión, que restringe la entrada a la universidad a miles de estudiantes cada año. Un examen que discrimina dado que pretende tratar igual a los desiguales y quienes más padecen esta situación son los estudiantes de bajos recursos, quienes ven en la educación la oportunidad de avanzar en la escala social.

Hoy son unos cuantos los que alzan la voz en Sonora. En un documento muy sencillo le piden ayuda al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, mismo que ha cuestionado la implementación de los exámenes de admisión y ha dicho que fue un invento de los neoliberales que vieron a la Universidad Pública como un gasto y no como una inversión, favoreciendo así a la educación privada que tuvo grandes privilegios en ese periodo que va de 1982 a 2018.

Debieran, l@s estudiantes, pedirle apoyo, también, al gobernador del estado, Alfonso Durazo Montaño, quien pertenece al mismo partido del presidente. Habría que recordar que son esos dos gobiernos, federal y estatal, los que proporcionan el presupuesto a la Universidad de Sonora y, por lo mismo, tienen la obligación de supervisar el uso correcto de los recursos que se destinan a la máxima institución de Educación Pública en el estado.

Cabe recordar, que hemos denunciado que gran parte del presupuesto se destina a una burocracia dorada que se ha constituido en una verdadera mafia que solo busca conservar sus intereses de grupo y se da el lujo de darle un finiquito superior a los cuatro millones de pesos al exrector para luego nombrarlo Profesor Investigador Honorario con lo que le asegura seguir prendido del presupuesto universitario. Paradójicamente, esa misma burocracia dorada se queja de que los recursos económicos de la institución no alcanzan para recibir más estudiantes y, por ello, surge este grupo de rechazados.

Si hay congruencia entre lo que se dice y lo que se hace en la 4T, entonces los estudiantes que hoy se manifiestan deberán ser admitidos. Están luchando, como lo hiciera en su momento Andrés Manuel para llegar a ser presidente. No se vale cortarle las alas a este pequeño grupo de estudiantes que solicitan la oportunidad de adquirir esa poderosa arma que les permita cambiar su mundo y, por qué no, cambiar el mundo de todos los que les rodean.

Las autoridades universitarias tendrán que atender esta problemática y no debiera aceptarse un NO como respuesta.