Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

LXXIV Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

El pasado 10 de diciembre del presente año se cumplieron LXXIV años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en torno a esta fecha se desarrollaron diferentes eventos públicos en el mundo entero, en Sinaloa no fue la excepción, unos más, otros menos, pero todos con el animo de recordar y hacerlos presentes, porque los motivos que dieron origen a esta Declaración por la Asamblea General de la ONU, después del conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial, se siguen presentando o no se han dejado de presentar.

Autor Enrique Díaz Terán Capaceta

Los derechos como la vida, No se negocian, se defienden…

Anónimo

Un recuento a grandes pasos de la violación de los derechos humano, como los derechos de las naciones a su Autodeterminación, lo hemos presenciado y vivido a diario, después de 1948. El segundo reparto del mundo entre las grandes potencias de la época, fueron determinadas entre el campo capitalista encabezada por el imperio de E.U. y el campo socialista, teniendo al frente a la antigua Unión Soviética, iniciaron con el reparto de la Alemania fascista, entre otras más. Durante la guerra fría se provocaron intervenciones bélicas y divisiones o repartos territoriales en Vietnam, Corea y llegamos a la situación actual con la guerra en Croacia, con las consecuencias de miles o millones de víctimas inocentes en todos estos y demás conflictos armados.

Hoy, destacamos el Articulo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que a la letra dice: “Toda persona como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales, culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.”

 En todo conflicto bélico los derechos humanos son pisoteados, violados y desaparecen. En los países, como México, en donde se afirma , por los gobernantes en turno, existe una paz social, la realidad nos golpea en la cara y nos demuestra todo lo contrario, veamos algunos hechos:  La paz social no existe en tanto que la violencia, los asesinatos están al orden del día, las desapariciones forzadas , los desplazados por la violencia persisten, los feminicidios y la violencia familiar no terminan, se menciona que varias son las causas de este estado de violencia e impunidad; con motivo de la pandemia del Covid- 19 se dice que el desempleo se incrementó, por lo tanto el ingreso familiar también, la falta de una asistencia en la salud se multiplico superando a las Instituciones que ofrecen estos servicios.

Lo anterior provoco un sinfín de aristas muy filosas socialmente, que el Estado nacional se vio rebasado y su recuperación no logra llegar a los niveles que estaba antes de la pandemia.

Los derechos culturales, en un país multicultural como el nuestro, en donde la violación de los pueblos originarios a autogobernarse respetando sus tradiciones, usos y costumbres no es el sello de los gobiernos nacional, estatales, mucho menos los municipales. Los abusos de poder del Estado nacional, de caciques, empresarios capitalistas nacionales y extranjeros, que todo destruyen en aras de la ganancia y explotación de la riqueza natural que contienen los territorios de los Pueblos Originarios, saquean todo recurso que les da vida y sustento a estos.

Existen, a nivel nacional muchos casos de abusos criminales contra el medio ambiente, el saqueo de recursos naturales y sobre todo contra los derechos de los pueblos indígenas, su cultura y asesinatos de sus dirigentes. En nuestra entidad, tenemos el caso de los Tarahumaras, despojados de tierras y aguas, divididos y confrontados por los Yoris y olvidados por los gobernantes y omisos a su situación de pobreza.

La Nación Yoreme Mayo, en el puerto de Topolobampo, en la Bahía de Ohuira, no solo está amenazada de muerte su sustento para la vida, sus recursos naturales, sino además la vida misma como nación Indígena, su cultura y tradiciones, por la imposición de una Planta de Amoniaco de capital Alemán y local, con la complicidad de los gobernantes de la entidad.

  Ahora bien, van algunos datos de las permanentes deficiencias de los derechos económico y sociales en Sinaloa: En vivienda hay un déficit habitacional superior a las 65 mil viviendas; En Servicios de salud se presenta un aumento de población con falta de acceso a los servicios de salud, a pesar de las presumibles construcciones nuevas de instituciones de salud. Lo que deseamos es que ya no existan tantos enfermos, lo que se requiere son medicamentos suficientes y que alivien a los pacientes, pues la carrera contra las enfermedades no se gana con más hospitales sino con medicinas de calidad.

El desempleo, las personas que se encuentran desocupadas y en la informalidad son más de 74 mil personas, contando los subempleados, ambulantes, entre otros. Lo que agobia a estos sectores son, además la carestía de la vida, el alza de precios de los productos de la canasta básica, pues los incrementos a los salarios mínimos, los apoyos sociales y becas no son suficientes, solo sirven para amortiguar la pobreza extrema y las explosiones sociales. Existen miles de trabajadores del sector económico de servicios, comercio y turismo, que no tienen seguridad social, ni contratos colectivos, mucho menos el derecho a la organización sindical independiente.

 Todo tiene su tiempo y limites… La Defensa de los Derechos Humanos, hoy, siguen presentes y urge su defensa, la lucha sigue…