EL DIA DE LA RAZA Y LA MALDICION DE LA MALINCHE
El 12 de octubre de 1492 muchos historiadores y cronistas de América y otros tantos continentes y en particular de la Península Ibérica, coinciden e insisten en llamar esta fecha como El Descubrimiento de América, El Nuevo Mundo y/o El Dia de la Raza, fecha cuando un puñado de tripulantes españoles comandados por el Genovés Cristóbal Colón llegan primeramente a la Isla de Guanahani que el la bautizó como El Salvador, que hoy es parte de las Bahamas, para después trasladarse a tierra continental.
Por Enrique Díaz Terán Capaceta
Este evento polémico no es lo trascendente como lo dice la historia oficial o la historia de los vencedores, pues solo fue la puerta abierta o la punta de un gran iceberg destructor de los pueblos originarios, de naciones que ya poblaban estas tierras, que tenían una gran cultura y conocimientos de la naturaleza, avances en la agricultura, sistema de riego, astronomía y mucho mas que los invasores españoles no tenían.
Al conocer la riqueza de los recursos naturales como el oro, la plata y piedras preciosas más, mucho más, definieron conquistar y saquear este “Nuevo Mundo” de sus riquezas. Llega el conquistador Hernán Cortes el 21 de abril de 1519 a las costas de Veracruz y ahí inició la gran destrucción del imperio Azteca, ríos de sangre y como puñales la espada y la cruz masacraron a toda una nación en cuerpo y alma.
En otra encerrona familiar, primero por la Pandemia del Covid- 19, ahora por la violencia, desapariciones y asesinatos, Sinaloa se ha paralizado en toda su actividad económica, comercial, escolar, laboral y más; en este reposo obligado, me pongo a escuchar música folklórica latinoamericana, de lucha social, de canto libre y en ello escucho una hermosa canción, La maldición de la Malinche, del canta autor potosino Gabino Palomares, en voz magistral de Amparo Ochoa, nacida acá en Culiacán, Sinaloa, que nos recuerda y nos ilustra la visión de los vencidos de estos acontecimientos que hoy seguimos sufriendo. Veamos las estrofas de esta canción que nos recuerda y reafirma nuestra identidad, cultura e historia:
“Del mar los vieron llegar / mis hermanos emplumados / eran los hombres barbados / de la profecía esperada
Se oyó la voz del monarca / de que el dios había llegado /y les abrimos la puerta / por temor a lo ignorado
Iban montados en bestias / como demonios del mal /iban con fuego en las manos / y cubiertos de metal / solo el valor de unos cuantos / les opuso resistencia / y al mirar correr la sangre / se llenaron de vergüenza
Porque los dioses ni comen / ni gozan de lo robado / y cuando nos dimos cuenta / ya todo estaba acabado
En ese error entregamos / la grandeza del pasado / y en ese error nos quedamos / 300 años esclavos
Se nos quedo el maleficio / de brindar al extranjero / nuestra fe nuestra cultura / nuestro pan nuestro dinero / Hoy les seguimos cambiando / oro por cuentas de vidrios / y damos nuestras riquezas / por sus espejos con brillos
Hoooooy en pleno siglo 20(y 21) / nos siguen llegando rubios / y les abrimos la casa / y los llamamos amigos
Pero si llega cansado / un indio de andar la sierra / lo humillamos y lo vemos / como extraño por su tierra
Uuuuuuuhh / hipócrita que te muestras / humilde ante el extranjero / pero te vuelves soberbio / con tus hermanos del pueblo
Oooooooohh / Maldición de Malinche / enfermedad del presente / cuando dejaras mi tierra / cuando harás libre a mi genteeee”
La profundidad de estas palabras hechas poesía y canto libre, composición hecha en el año de 1975, hace casi medio siglo es tan vigente que lo vemos y lo sentimos en nuestra tierra en el caso de la violación de los derechos humanos de los pueblos originarios Yoremes = Mayos con la pretendida instalación de la Planta de Amoniaco en la Bahía de Ohuira en Topolobampo, la llamada Planta de la Muerte de capital alemán, otros rubios que cruzaron el Atlántico. ¡Aquí No ¡
Otros casos que violan los derechos ciudadanos, es la privatización de los espacios públicos y entregados por las autoridades en turno a manos de empresarios depredadores del medio ambiente como el Faro Natural mas grande del mundo, para instalar una Tirolesa, en Mazatlán, como la privatización de las playas. Otro caso, entre muchos más, es la privatización del Parque Botánico en Culiacán.
La unidad y organización ciudadana en Defensa del Medio Ambiente y el Territorio es una lucha digna y valiente por detener el avance destructor del poder del dinero empresarial nacional y de nuevos rubios extranjeros.
¡Faro si, Tirolesa no! ¡Aquí no! La planta de la muerte, ¡Alto a la privatización de los espacios públicos!