Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

EL DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA. (parte II)


El Origen de la Familia,
la propiedad privada y el Estado.
Federico Engels


Por Enrique Díaz Terán Capaceta
La periodista Josefina L. Martínez, en uno de sus artículos, en reflexión y debate contra la derecha y los rojos pardos dice: Si bien el capitalismo degrada las condiciones de existencia de la familia trabajadora - negándoles a millones de personas el derecho de tener una vivienda o un trabajo – mantiene la institución familiar como una de las bases de esta sociedad. Esto genera desgarradoras contradicciones. 
El hablar de necesidades y derechos, particularmente sobre la vivienda, existe un gran trecho histórico que solo se puede explicar desde el presente. En el mundo existen gran numero de pueblos originarios, aborígenes que, en su vida cotidiana, sus usos y costumbres, su cultura en general, manifiestan esos rasgos o gérmenes que nos dieron origen y que nos dice el marxismo desde su visión del Materialismo Histórico, en el pasado del ser humano, el origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
La alimentación, la vivienda o un lugar en donde protegerse de las inclemencias del tiempo o la naturaleza, se manifiesta como una necesidad primaria, no solo para el ser humano, sino para todo ser vivo.
 En su desarrollo humano y el transcurrir del tiempo, las necesidades de subsistencia fueron creciendo; de nómadas a sedentarios, surgen los pueblos, las ciudades, los países nacionales y con ello las reglas, las leyes, las Constituciones, sus estructuras organizacionales, el Estado y sus Instituciones para ordenar la vida de sus pobladores, con derechos y obligaciones, como las sanciones contra quienes violenten la paz y tranquilidad en su interior. El orden social debe estar por arriba de la anarquía.
Solo así, nos podemos explicar el presente, y solo aquí, podemos construir nuestro futuro. En un diagnóstico, a grosso modo, de la situación socioeconómica de nuestra localidad, Sinaloa, en materia del derecho a tener una vivienda digna los de sin techo, nos remonta a los años 70”s del siglo pasado, hace 50 años cuando se ve impactada la entidad con las emigraciones  humanas del campo a las ciudades principales, creando los cinturones de pobreza mas aguda de la historia de estas. Estos torrentes humanos venían en busca de mejores condiciones de vida, por un trabajo y desde luego por una vivienda en donde establecerse con sus familias.
Los gobiernos estatales y municipales no tenían ni tienen en sus políticas públicas la visión, ni disposición de dar cobijo a estos sectores vulnerables, por lo que las invasiones de tierras ejidales y particulares en torno al casco urbano se hicieron cotidianos. El crecimiento urbano creció anárquicamente, como se puede observar en la actualidad. Estos años de los 70”s hasta el 2000 fue la primera gran oleada de emigraciones por la pobreza del campo en los altos de Sinaloa.
En la actualidad, en estos dos últimos lustros, se está viviendo una segunda ola de migrantes de los altos a las ciudades por motivos de la violencia del narcotráfico, desplazados por la inseguridad que se vive en la sierra y también en los pueblos y sindicaturas de los Valles. Tampoco son seguros, ni tranquilos, la inseguridad y la violencia en las ciudades receptoras se han multiplicado. No hay paz en Sinaloa. La mancha urbana, a pesar de todo, sigue creciendo y las necesidades de vivienda y servicios públicos aún más. La anarquía sigue presente.
Esta segunda ola de inmigrantes o desplazados de sus pueblos de origen exigen su derecho explicito en el Artículo 4 constitucional y como Derecho Humano una vivienda digna y decorosa en donde guarecerse con sus familias. Junto a ellos, están los grupos de familias que son invasoras de predios para la auto construcción de su vivienda.
 Se suman, además, las familias trabajadoras que han adquirido una vivienda por INFONAVIT o FOVISSSTE, que por los altos intereses se han vuelto impagables, de la misma manera, están los invasores de casas de fraccionamientos semi construidos o deshabitados, que muchos de ellos quieren que se regularice su situación y pagar su adquisición como programa social original.
Otros casos son los programas de vivienda de interés social, que surgieron hace más de una década, para familias de madres solteras, viudas o personas que trabajan en la informalidad, que no tienen prestaciones sociales para vivienda y que se cometió un gran fraude por los ayuntamientos, vendiendo la deuda a la banca y financieras voraces sin estar regularizado el predio o terreno, pues siguen a nombre de legítimos dueños y tienen diez años pagando puros intereses y el costo de la vivienda sigue creciendo. Los desalojos ilegales están al orden del día y la autoridad cómplice u omisa. La lucha de clases sociales sigue en las zonas urbanas, entre los acaparadores de tierras y los sin tierra.
El obtener una vivienda digna como Derecho Humano es un gran problema, tiene muchas aristas muy filosas, por ello surge la unión de ciudadanos, con los derechos constitucionales a salvo, la organización de los sin casa en Sinaloa, la Coordinadora Estatal “Por el Derecho Humano a una vivienda digna y las reservas territoriales.” Ante el cumulo de problemas sociales, a la par, surge el MUSS- Mujeres y el Colectivo de Mujeres en Movimiento, reivindicando banderas más allá que como genero mantienen, es decir, su situación como mujeres y/o madres trabajadoras…
La propuesta, con el derecho de audiencia constitucional que se nos otorga, a todos los Ayuntamientos, presidentes Municipales, Cabildos, Gobierno Estatal, Congreso del Estado, Diputados y Senadores del Congreso de la Unión por Sinaloa y Gobierno Federal, se les solicita establecer Mesas de Diálogo, autoridad y ciudadanía, los sin casa, a ser escuchados en busca de solución a la problemática que en torno a la vivienda exista y regularizar la obtención de ellas.
Lo anterior, es lo que propone esta Coordinadora en movimiento, los sin casa, manifiestan que no quieren agudizar el conflicto en torno al derecho constitucional y humano de tener una vivienda digna para sus familias, quieren y  proponen soluciones a través del dialogo respetuoso y la mediación de la Institución Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa.
 En hora buena, esperemos la sensates y la inteligencia de las partes para avanzar en soluciones sociales pacíficamente. Por el bien de todos, primero los pobres. Justicia, si, Justicia para los sin techo, para los desposeídos. Pendientes.