Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

DISCUTIR LA EDUCACIÓN EN MÉXICO

REFLEXIONES

Autor: Vicente A, Gutiérrez C.

A partir de julio de 2018 se generaron en México cambios muy importantes. Como lo afirma el presidente de la República, se inició una revolución silenciosa que ha cambiado la percepción de muchos asuntos de interés nacional. Sin embargo, parece ser que la comprensión de la trascendencia de dichos cambios se ha quedado en ciertas élites y minorías y la comprensión de los mismos no ha alcanzado, en toda su magnitud e importancia, a la mayoría de la población. Es más, es posible afirmar que muchos de los funcionarios de la administración morenista, incluyendo gobernadores, senadores, diputados, no actúan con plena consciencia de dicha trascendencia. Ya ni hablemos de los que se sienten amenazados en sus intereses, concepciones y proyecto capitalista.

Uno de los cambios importantes, a mi parecer, que no se deben perder de vista, es la comprensión de lo que implica desarrollo social. De hecho, como el mismo presidente lo ha expresado, se registraba crecimiento, pero para unos cuantos. Ahora de lo que se trata es que haya desarrollo y crecimiento, pero no para unos cuantos, sino para toda la población.

Detrás de esta concepción de desarrollo social, se vislumbra el planteamiento de consensar y construir un proyecto de nación que, en esencia, deje atrás los planteamiento neoliberales, de corte capitalista, que preferencia la empresa, el mercado salvaje, la privatización de los recursos naturales, la acumulación de riqueza con apropiación individual, aliado al capital internacional y a la globalización; contra un proyecto de nación de corte social (que no socialista o comunista), nacionalista en esencia, que propicie la distribución de la riqueza y conserve el medio ambiente, que atienda las necesidades sociales y a los sectores de la población más vulnerada (que no necesariamente vulnerable), con proyección internacional, que distribuya la riqueza y genere desarrollo y bienestar. Lo que implica convertir a México en una potencia por su desarrollo social y productivo, empleo, avance científico y tecnológico, salud y bienestar, cuidado del medio ambiente, pleno de oportunidades en todos los aspectos de la vida social.

Lo anterior se logrará desterrando la corrupción, el influyentismo, los conflictos de intereses, la desinformación y manipulación, el clientelismo político, la antidemocracia y el despilfarro gubernamental, entre otros males propiciados por los malos mexicanos.

Con este proyecto de nación es que se puede discutir un modelo de economía, de salud, de cuidado del medio ambiente y, entre otros más, de educación. Sólo es posible plantear un modelo educativo coherente con el México que se desea construir, si se asimila el proyecto de nación y se parte del mismo.

La reforma educativa que se plantee debe estar acorde con este proyecto, que sea nacionalista e internacionalista, que sea incluyente, que propicie la democracia y la igualdad de oportunidades para todos, sobre los principios de desarrollo, equidad y libertad.

En lo que respecta a la educación: Mientras no se asimile dicho proyecto de nación, las propuestas educativas que se pudieran plantear, los cambios propuestos y las medidas a tomar carecerán de fuerza que permita concretar el cambio que nuestro país necesita para superar la triste situación que el neoliberalismo construyó en el pasado reciente.

Sin embargo, el proyecto de nación aún no se discute lo suficiente. Insisto, muchos de los funcionarios y políticos se hallan rezagados respecto a dicha discusión. Aún plantean una educación para la competencia, deshumanizado y con insuficiente compromiso ecológico. Se empeñan en repetir las prácticas heredadas del modelo neoliberal.

Los padres y madres de familia, los docentes, los mismos estudiantes, los investigadores, no se integran aún a construir y  apoyar un programa de reforma educativa que parta de un proyecto de nación; es más, ni siquiera a discutir y menos a implementar dicho proyecto educativo.

Urge que las autoridades se involucren más con el cambio que en política se está logrando, para que no se revierta a la vuelta de la esquina, cuando las fuerzas nefandas del neoliberalismo logren regresar por sus fueros ante la falta de claridad y consistencia de quienes apoyan la transformación de México.