Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

ASALTO AL CUARTEL MADERA

El 23 de septiembre de 1965, por la madrugada un grupo de 13 jóvenes, mal preparados en el manejo de las armas y con un reducido número de ellas, atacaron el cuartel militar de Ciudad Madera Chihuahua, mismo que era defendido por 125 elementos castrenses perfectamente pertrechados.
 
Autor: ROBERTO PRADO
 
Esa madrugada murieron los guerrilleros Arturo Gamiz García, quien comandaba al grupo de jóvenes; murieron también el subcomandante Salomón Gaytán Aguirre, el Profr. Miguel Quiñonez Pedroza, el doctor Pablo Gómez Ramírez y los estudiantes Oscar Sandoval Salinas, Emilio Gamiz García y Rafael Martínez Valdivia, así como el campesino Antonio Scobell Gaytán. Sobrevivieron al ataque Raul Florencio Lugo Hernández, Ramón Mendoza Torres, Guadalupe Scobell Gaytán, José Juan Fernández Adame y Francisco Ornelas Gómez.
El objetivo estratégico del ataque al Cuartel de Madera consistía en tomar las instalaciones para hacerse de armas, tener el control de la ciudad, hacerse de los recursos del banco local y transmitir un mensaje revolucionario a través de la radio. Ante el fracaso militar de los guerrilleros ninguno de los objetivos pudo ser alcanzado.
Aparte de los nombres mencionados, hay al menos una docena de personas más involucradas en la organización y logística del levantamiento, muchos de ellos han permanecido en el anonimato y sólo un reducido número de personas allegadas conocen de su participación: Hildebrando Gaytán Márquez sería el encargado de hacer público el manifiesto revolucionario, Primitivo Piñón Murillo era responsable de resguardar armas en la ciudad de Chihuahua para luego hacerlas llegar a la sierra chihuahuense. Francisco Zuany de reclutar más guerrilleros, Margarita Campos Olivas y Bertha Medina de recabar alimentos. Tras el fracaso del asalto al cuartel todos ellos mantuvieron un bajo perfil de su participación en el movimiento, también mantuvieron por más de 30 años su militancia el Partido Popular Socialista.
Todos los participantes al asalto al Cuartel de Madera habían formado parte de la Juventud Popular Socialista, organización que durante varios años había organizado lo que se llamó los “Campamentos de Madera”, actividades que consistían en acudir a la región de la sierra de Chihuahua, establecerse algunos días en las poblaciones y convivir con los habitantes de la región con la finalidad de conocer sus problemas y organizarlos para que lucharan por su resolución.
Fue así como se enteraron que el municipio de Madera y amplias regiones de los municipios de Casas Grandes, Temósachi y Matachí eran propiedad del gran latifundio de más de 270 mil hectáreas de bosques propiedad de la familia Vallina, que había comprado la rama del ferrocarril que iba de estación La Junta en el municipio de Guerrero a ciudad Juárez, pasando por los municipios ya señalados. Los Vallina, encabezados por el usurero español Eloy Santiago Vallina García, radicado en Chihuahua desde principios del siglo, no se proponía la explotación del ferrocarril, es más no les interesaba, según lo dice el propio Eloy en un libro autobiográfico, sino que deseaban apoderarse de las miles y miles de hectáreas de bosques pertenecientes al derecho de vía del ferrocarril, que en ese entonces poseía varios kilómetros a ambos lados de la vía. Una vez que los Vallina se apoderaron del ferrocarril y con el de los bosques más grandes del país, formaron la empresa Bosques de Chihuahua para la tala inmoderada del bosque y las empresas Celulosa de Chihuahua y Ponderosa de Chihuahua, para la explotación industrial del bosque. En general, en Chihuahua 300 familias poseían tierras por más de 8 millones de hectáreas de los mejores bosques, las mejores tierras ganaderas y las pertenecientes a las riveras de los ríos y por tanto eran susceptibles de construir en ellas enormes sistemas de riego.
Paralelo a los Campamentos de Madera, en el la región sur del estado de Chihuahua se libraba una importante lucha por la destrucción de los latifundios agrícolas en los municipios de López, Jiménez, Camargo y Delicias, entre otros. Esta lucha era dirigida por la Unión General de Obreros y Campesinos, la UGOCM, organización en la cual el Partido Popular Socialista ejercía una gran influencia a través de los dirigentes campesinos, entre los que se destacaban Jesús Luján Gutiérrez, Miguel Moreno Hernández, Raúl y Álvaro Ríos. Esta lucha campesina ejercía gran influencia de manera natural sobre los miembros de la Juventud Popular Socialista.
Además en la región serrana aún imperaba en la década de los 60 del siglo XX un sofocante caciquismo que se imponía por medio del asesinato y el terror. Por ejemplo, la familia Ibarra de Temósachi tenía tierras suficientes para criar 150 mil cabezas de ganado, este cacique durante años se dedicó a la fabricación clandestina de xotol; a explotar a sus peones y les robaron el pago como en la época porfiriana. Con el respaldo de la empresa “Bosques de Chihuahua”, quemó algunos ranchos como el de Timoteo Castellanos en el Salitre y el de los Olivas en Las Varas, dejando a las familias a la intemperie y sólo con las escasas pertenencias que lograron salvar de las llamas junto con su vida. Mató gente en Agua Amarilla, Carrizito, Dolores, Temosáchic, en el camino real, etc., etc. Fabricó delitos y calumnias para mandar a la cárcel a cuanto ciudadano honrado y pacífico les estorba. Azotó a decenas, robó mujeres. Todo impunemente. Compró autoridades o las nombran ellos. En Dolores sostuvieron durante 18 años al mismo Presiente. Y como él, muchos.
En el plano internacional había triunfado la Revolución Cubana y ejercía gran influencia sobre todos los movimientos revolucionarios de América latina y por ende de México.
Digamos que estos fueron los elementos que dieron origen al levantamiento de Madera, una situación local sofocante por el latifundismo y una enorme influencia del movimiento revolucionario latinoamericano.
Sin embargo, las condiciones locales de Chihuahua no estaban para una lucha armada, los campesinos, los indígenas, los trabajadores de los bosques de la región de Madera se encontraban totalmente desorganizados, no había una sola señal del trabajo de las centrales campesinas, de sindicatos, de nadie más que no fuera la JPS. De tal suerte, el levantamiento no contó con el apoyo de la población, no tuvo las armas suficientes, una segunda brigada nunca llegó a apoyar el ataque al Cuartel porque esa noche cayó una torrencial lluvia que cortó las vías de comunicación, Los elementos que se encontraban en Chihuahua como respaldo, tan pronto se dieron cuenta del fracaso de sus compañeros en Madera abandonaron la empresa y se deshicieron de todos los elementos que pudieran involucrarlos. Así, el gobierno reaccionario que en ese tiempo dominaba Chihuahua pisoteo más fuerte a los campesinos y a los trabajadores del campo. El Gobernador de ese tiempo, burlándose de los caídos, al momento al ordenar que los llevaran a una fosa común, decía, “querían tierra, arrópenlos con ella”.
Sin embargo, el ataque al cuartel Madera dejó algunas enseñanzas: la más valiosa de ellas es que no puede ningún movimiento, por limpio, honesto y revolucionario que sea, como es el caso de los Jóvenes muertos en Madera, emprender una acción militar para derrocar un gobierno si no cuenta en primer lugar con las condiciones objetivas y subjetivas para el propósito. Es decir, tiene que existir una organización lo suficiente mente poderosa de todo el pueblo, el pueblo mismo debe estar dispuesto a hacer suya la lucha del movimiento militar y debe tener la conciencia clara de los objetivos que se persiguen; si eso no existe en el pueblo, no es posible el triunfo.
A pesar de todo, el levantamiento de Madera tuvo sus frutos para la población. En los años subsecuentes se crearon los ejidos de Madera, el de Dolores, el de Yepómera, el de Temósachi, el de Matachi, el de Nicolás Bravo el de Nuevo Madera, y otros, y culminó con la creación en 1971, del ejido El Largo Maderal, con 270 mil hectáreas que se adjudicaron a las poblaciones de El largo, El Maderal, La Norteña, El Cuervo, entre las más importantes, Con ello se rompió la fortaleza del caciquismo y el gran latifundio que fue Bosques de Chihuahua.