Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

AGENDA PÚBLICA VS. AGENDA SOCIAL

Únicamente en la noche de nuestra ignorancia adquiere el mismo color todas las formas extrañas.

Perry Anderson

Son tiempos de evaluación, de hacer balances permanentes, cotidianos del qué hacer de la gobernanza de los tres niveles de gobierno en turno. Son tiempos que los acontecimientos llevan la delantera; revisar la agenda pública urge, la agenda social empuja, exige ser escuchada, ser participe en la búsqueda de soluciones…

Por Enrique Díaz Terán Capaceta

 Para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el Plan Estatal de Desarrollo (PED) y los Planes de Desarrollo Municipales (PDM), se llevaron a cabo, con bomba y platillo mediático, muchos eventos de consulta sectoriales, temáticos, un diagnóstico profundo de la realidad nacional, estatal y municipales, con programas y proyectos terrenales, con promesas de atención y solución a los problemas y necesidades de los mexicanos y en particular de los sinaloenses. Se dijo en campaña, daré solución desde el primer día después de la toma de protesta; cuales son los resultados, veamos algunos casos locales:

El caso de la violencia generalizada y múltiple sigue imparable, los números de las instituciones públicas chocan con la realidad, pues los delincuentes o el crimen organizado no se ponen a contar los crímenes que cometen, mucho menos desarrollan competencia con las autoridades de gobierno. Buscar salidas falsas no ayuda a frenar o lograr una vida de paz y tranquilidad ciudadana.

Las desapariciones forzadas de personas continúan, de la misma manera los feminicidios, la violencia intrafamiliar, entre otras; las estrategias definidas para frenar estos crímenes no son suficientes.

Los desplazados de los altos de Sinaloa por motivos de la violencia provocada por el narcotráfico siguen creciendo; las promesas de campaña de construir viviendas en donde dar refugio a miles de familias que fueron despojadas de sus hogares y toda propiedad con que se contaba, se les escurrió como agua entre las manos. A casi dos años del actual gobierno estatal y de su compromiso reiterado de construir las viviendas que se requieren para las familias de la zona sur avecindados, hoy, mazatlecos y llegados de los altos de Concordia, El Rosario y del mismo Mazatlán, continúan en espera de la Justicia terrenal. 

El déficit de vivienda en Sinaloa  está en una situación de crisis profunda que tiende a explotar en una gran lucha social y popular, pues son los desplazados, los sin casa, los que habitan  en hacinamiento, los despojados de sus casas por no poder pagar  los grandes intereses a las financieras y banca voraces, los posesionarios de terrenos  o los que han invadidos terrenos y que son engañados y fraudadas por líderes vivales, los miles de construcciones habitacionales de interés social con cuarteaduras, problemas  o falta de servicios públicos, colonias o fraccionamientos que no tienen regularizados sus lotes y mucho más.

Los gobiernos son muy dados en dar números engañabobos, en este caso de la compleja y preocupante situación habitacional no es la excepción, pues las diferentes instituciones  no dan con bola, no tienen un estudio profundo y serio de esta temática social, mucho menos tienen soluciones; la ciudadanía organizada en estas múltiples necesidades de una vivienda digna y decorosa  mandatada por el Artículo 4 constitucional y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Estado, si saben  y tienen propuestas de solución:  instalar Mesas de Diálogo, estatal y municipales para buscar soluciones conjuntas , entre otras.

Es de preocupar que el “Tomate Amargo” se haya hecho puré y se esté regando en todo el territorio estatal, esos jornaleros agrícolas, familias enteras de indígenas, de pueblos originarios del centro y sur del País que recorren los campos  de hortalizas de exportación, con salarios miserables, que no tienen  las prestaciones  sociales que por ley laboral mandata, que existen Instituciones de atención a indígenas, de bienestar social, laboral, no haya una supervisión eficiente y eficaz que obligue a los empresarios agrícolas a cumplir con la ley…

La muerte de los niños indígenas de Juan José Ríos, sacudió esa amargura que por decenas de años han sufrido el abandono y el abuso de poder, violando todo Derecho Humano. Qué bien que se está atendiendo, aunque sea después de muertas las niñas, esperemos que el olvido no se haga presente como el Tomate Amargo o como en la Nación Yoreme Mayo. ¡Aquí No!

No cabe duda que aprender y aprehender a gobernar es muy complicado cuando no es de interés y sobre todo en bien de los que menos tienen, pero nunca es tarde para rectificar rumbo; para poner al frente la gobernanza con todos los involucrados, el primer paso es escuchar, urge la Mesa de Dialogo y no llegar a decir que la 4T se bañó de amargura y se transformó de 4ta. Esperemos que no.