Sinaloa México
EDITORES / GUILLERMO SANDOVAL G / M ROCÍO SÁNCHEZ B

2024: RETOS DE LA IZQUIERDA

Este primero de septiembre, con el cuarto informe, se inicia prácticamente la tercera parte del gobierno de AMLO,  y un día antes, en su clásica mañanera, a pregunta expresa de una periodista, planteó que Litiomex iba a ser una empresa público privada, lo cual representa un paso atrás en relación a la reforma de la ley minera que se impulso desde su gobierno, para establecer que el litio iba a ser explotado única y exclusivamente por una empresa pública paraestatal a la que se le llamó Litiomex,  está novedad, viraje en el planteamiento relacionado con el litio, representa un paso atrás en el avance que todos habíamos reconocido que era importante frente al fracaso de aprobar una reforma a la ley eléctrica, pues ahora inesperadamente se da un paso atrás y no se entiende por qué, ¿fue la presión del gobierno y los consorcios transnacionales especialmente Estados Unidos?

Y un tiempo atrás, había dado otro paso atrás en relación a la normatividad promovida por su gobierno de que la guardia nacional iba a abstener mandos civiles no militares, tampoco hay una explicación clara de ese paso atrás, de ese viraje, el argumento de qué incorporándola  a la secretaría de la Defensa  Nacional  se garantiza que no se va a corromper, no tiene ningún soporte, porque las cúpulas militares y policiacas de este país han sido parte del régimen de corrupción y de enriquecimiento  inexplicable, al igual que las demás castas que han conformado el régimen político mexicano príanista, con el caso Ayotzinapa y el avance reciente en la información que se hizo a través del  Subsecretario de gobernación, se muestra claramente el contubernio de las cúpulas militares también con el crimen organizado extra institucional, de tal manera que ese argumento de Andrés Manuel oculta un componente de lo que es las cúpulas militares, y la necesaria discusión pública para generar transformaciones en las instituciones armadas del estado mexicano, de las entidades y de los municipios para tratar de darnos cuerpos armados que se correspondan con la aspiración de recuperar la patria y construir otro régimen político, en el que deje de imperar la impunidad y la ineficacia para recuperar la seguridad pública que sigue siendo uno de los grandes pendientes de este gobierno progresista de la cuarta transformación. 

 De estos 2 pasos atrás, se desprende que el curso de la cuarta transformación esta sin profundizarse, no está avanzando en su profundización, y si a eso sumamos que en la reciente elección de morena realizada el 30 y 31 de julio pasado se desplegaron prácticas de acarreo y de manipulación de las necesidades de segmentos de las clases populares para  empoderar a los grupos de interés que tienen posiciones de gobierno y legislativas, el futuro también de la cuarta transformación es incierto, y esto debe motivar que las fuerzas y militantes socialistas nos planteamos con urgencia el reto de confluir, superar la dispersión y avanzar en la conformación de un actor político con identidad ideológica, para poder actuar con una práctica con ética y con métodos de trabajo participativos y formativos que son los únicos que pueden  impulsar,  profundizar la transformación, y también el hecho de que morena ha pasado a representar la fuerza de centroderecha del bloque amplio que triunfó en el 2018 y que se perfila a la disputa del 2024, para impedir que la derecha restauradora de la destrucción nacional sin límite alguno al servicio de los consorcios capitalistas transnacionales y nacionales retorne a la hegemonía del gobierno federal, y para ello necesitamos impulsar todos esos militantes y fuerzas socialistas, un movimiento por una cuarta transformación verdadera, que busque con una plataforma de lucha en torno a los problemas vitales de los que depende el curso de la vida nacional y de esa llamada cuarta transformación, así como las demandas más sentidas de las clases populares y de los segmentos  de la sociedad mexicana que padecen la inseguridad y la incertidumbre que eso genera.

 Un movimiento que atraiga a la parte de la Ciudadanía, de las decenas de millones de mexicanas y mexicanos que han venido empujando el cambio para organizarse, ponerse en acción y reclamar, exigir al gobierno federal, a los gobiernos estatales, a los municipales, a las legislaturas locales y federales que se avance:

 Uno, en la aprobación de la ley del agua que está congelada desde el 2013, y que durante los cuatro años de este gobierno ha continuado sin dar ningún paso para su aprobación a pesar de la crisis que, en torno a este elemento vital para la vida, se ha asomado con sequías y con una creciente contaminación de los mantos freáticos de parte de minería y otras industrias.

Necesitamos pues, asumir también que para el 24 vamos a ir con ese componente centro derecha del bloque amplio, y por lo tanto debemos evitar quedarnos y desgastarnos en una guerra intestina de descalificación a estos grupos de interés empoderados que van a ser determinantes en la operación de Morena, y también debemos de no desviarnos en priorizar las precampañas de las precandidaturas a la presidencia por sobre las tareas de reconstruir este actor con identidad ideológico política, y la urgencia de empujar la conformación de ese movimiento por una transformación verdadera de México, que con lo cual debemos convertirnos en un factor de creciente peso en la lucha por profundizar la cuarta transformación, y en la disputa por la conducción política del país que se llevará a cabo el 24, quien quede en la candidatura al 24 va a tener como soporte principal de su campaña esta estructura de Morena hegemonizada por los grupos de interés empoderados, la mayoría de los cuales son parte del Status Q dominante, y no buscan una verdadera transformación ni del régimen económico financiero neoliberal, ni del régimen político heredado del prianismo,  por ello pensar que asumándonos a una u otra precandidatura y buscando que se nos tome en cuenta para ser parte del nuevo gobierno,  que con eso vamos a lograr e influir, es un error.

 La única manera de contar y pesar en la batalla 2224 y en lo que vendrá después del 24, es avanzar en fortalecer ese movimiento por una Cuarta Transformación verdadera, que debe de atraer a millones de la ciudadanía especialmente popular, que es la que más necesita una verdadera transformación.

 Y también, en reconstruir un actor con identidad ideológica, que practique métodos de trabajo participativos y formativos y haga contraste a las prácticas de la cultura dominante que se exhibieron como hegemónicas en Morena durante esa elección y la composición de sus órganos de dirección.

AUTOR: Camilo Valenzuela Fierro